Para quienes el quinquenio 1985-1990 nos agrarró en la primaria, habremos experimentado un reflujo visceral al enterarnos de la victoria del líder de la estrellita reggaetonera, crónica de un deja vu anunciado. Sentimientos de incertidumbre habrán resurgido de nuestro subconciente, un cúmulo de dudas afloradas, una sensación de "piso vacío" con un matiz de incredulidad.
Mucha cosas salen a colación cuando se recuerda el primer gobierno de la estrellita, las colas, hiperinflación y un largo etcétera de males y peores que los peruanos post-secundaria tuvieron que afrontar con dientes apretados para que sus otrora retoños -o sea, nosotros los veinteañeros- pudieran vivir tranquilos, ajenos al país que se venía abajo por los motivos históricos y revolucionarios que condicionaron esos años ¿maravillosos?
Algo que a título muy personal recuerdo de ese quinquenio -siempre bajo el velo de la incredulidad e inocencia que me otorgaban mis 7 años de edad- es el asunto del cambio monetario y de la posterior devaluación -incesante- de nuestra moneda. La aparición de los graciosos billetitos de colores con las caras de señores serios a la derecha y de figuritas en la parte de atrás llamaban poderosamente mi infantil atención, "intis" se llamaban (para quienes no tienen conocimiento de la cultura inca "inti" es el código quechua que equivale a decir "sol" en castellano castizo) los billetes eran bonitos y novedosos, recuerdo que entraba en estado eufórico cuando algún adulto de mi familia me dejaba tocar y examinar uno de esos billetes ¡era lo máximo! recuerdo una vez que me dejaron llevar uno al colegio, primer grado de primaria y manejando un billete de diez intis con la cara de un señor que decían se llamaba ricardo palma ¡de lo más osado!
Bien, la primaria avanzaba y yo aprendí a contar hasta el cien (el número con un palito y dos bolitas: que se abstengan de hacer comentarios los mal pensados) hecho por el cual me sentía afortunado e inteligentísimo, ver a mi madre con un billete de mil intis y la foto de un melenudo Andrés Avelino Cáceres me parecía de lo más impactante, pero de pronto ocurrió algo que mi estrecha mente de entonces no entendía, los billetitos de 10 intis ya no servían, un día mi madre apareció en la casa con un nuevo billetito, de otro color y con otro señor serio al lado derecho, leí con cuidado: "diez mil intis" decía ¿qué? no podía entender, si en el cole llegar a cien al contar era ya una proeza, nunca me imaginé tener que llegar a contar hasta diez mil de un solo porrazo, seguro me moría de hambre y de sed antes de acabar.
Diez mil intis era mucha plata, según yo, pero mi tío tuvo que desenmascarar la cruda verdad, ese nuevo billetito valía lo mismo que el anterior, o sea el preocupado César Vallejo valía lo mismo que el seriecito de Ricardo Palma. Mi tío puso en mi mano un billete de mil intis y dijo "toma, te lo regalo" yo quedé estupefacto, tanta plata en mi mano y ¡me la estaban regalando! inmediatamente recordé un comercial del actualmente fenecido chocolate winter de maní, donde aparecía un niño con traje marino buceando por un mar de chocolates, con ese billete podía comprar medio mar, le consulté a mi tío si me daba permiso de gastar todo el billete de una sola vez, su respuesta me dejó más estupefacto que hacía un par de minutos "claro, ese billete te alcanza para compra un chocolate"
Tras el duro golpe que resultó su explicación de la "devaluación" no entendí ni jota, lo único que entendí fue que el billete que me alcanzaría para medio mar de chocolates a las justas me alcanzaba para un mísero chocolate. Tiempo después mi madre apareció con otro billete, esta vez decía "un millón de intis" ¡no puede ser! si en el cole apenas andaba por el mil en las cuentas, ahora había billetes de un millón y de cinco millones. ¿es que nunca me iba a poner a la par en las cuentas?
Peru opinion
Atentamente
Richard Torchiani G
Moderador de Perú: País de las Maravillas
Mucha cosas salen a colación cuando se recuerda el primer gobierno de la estrellita, las colas, hiperinflación y un largo etcétera de males y peores que los peruanos post-secundaria tuvieron que afrontar con dientes apretados para que sus otrora retoños -o sea, nosotros los veinteañeros- pudieran vivir tranquilos, ajenos al país que se venía abajo por los motivos históricos y revolucionarios que condicionaron esos años ¿maravillosos?
Algo que a título muy personal recuerdo de ese quinquenio -siempre bajo el velo de la incredulidad e inocencia que me otorgaban mis 7 años de edad- es el asunto del cambio monetario y de la posterior devaluación -incesante- de nuestra moneda. La aparición de los graciosos billetitos de colores con las caras de señores serios a la derecha y de figuritas en la parte de atrás llamaban poderosamente mi infantil atención, "intis" se llamaban (para quienes no tienen conocimiento de la cultura inca "inti" es el código quechua que equivale a decir "sol" en castellano castizo) los billetes eran bonitos y novedosos, recuerdo que entraba en estado eufórico cuando algún adulto de mi familia me dejaba tocar y examinar uno de esos billetes ¡era lo máximo! recuerdo una vez que me dejaron llevar uno al colegio, primer grado de primaria y manejando un billete de diez intis con la cara de un señor que decían se llamaba ricardo palma ¡de lo más osado!
Bien, la primaria avanzaba y yo aprendí a contar hasta el cien (el número con un palito y dos bolitas: que se abstengan de hacer comentarios los mal pensados) hecho por el cual me sentía afortunado e inteligentísimo, ver a mi madre con un billete de mil intis y la foto de un melenudo Andrés Avelino Cáceres me parecía de lo más impactante, pero de pronto ocurrió algo que mi estrecha mente de entonces no entendía, los billetitos de 10 intis ya no servían, un día mi madre apareció en la casa con un nuevo billetito, de otro color y con otro señor serio al lado derecho, leí con cuidado: "diez mil intis" decía ¿qué? no podía entender, si en el cole llegar a cien al contar era ya una proeza, nunca me imaginé tener que llegar a contar hasta diez mil de un solo porrazo, seguro me moría de hambre y de sed antes de acabar.
Diez mil intis era mucha plata, según yo, pero mi tío tuvo que desenmascarar la cruda verdad, ese nuevo billetito valía lo mismo que el anterior, o sea el preocupado César Vallejo valía lo mismo que el seriecito de Ricardo Palma. Mi tío puso en mi mano un billete de mil intis y dijo "toma, te lo regalo" yo quedé estupefacto, tanta plata en mi mano y ¡me la estaban regalando! inmediatamente recordé un comercial del actualmente fenecido chocolate winter de maní, donde aparecía un niño con traje marino buceando por un mar de chocolates, con ese billete podía comprar medio mar, le consulté a mi tío si me daba permiso de gastar todo el billete de una sola vez, su respuesta me dejó más estupefacto que hacía un par de minutos "claro, ese billete te alcanza para compra un chocolate"
Tras el duro golpe que resultó su explicación de la "devaluación" no entendí ni jota, lo único que entendí fue que el billete que me alcanzaría para medio mar de chocolates a las justas me alcanzaba para un mísero chocolate. Tiempo después mi madre apareció con otro billete, esta vez decía "un millón de intis" ¡no puede ser! si en el cole apenas andaba por el mil en las cuentas, ahora había billetes de un millón y de cinco millones. ¿es que nunca me iba a poner a la par en las cuentas?
Peru opinion
Atentamente
Richard Torchiani G
Moderador de Perú: País de las Maravillas
4 comentarios:
"prefiero una democracia desordenada, que una perfecta dictadura"
la coyuntura nuevamente nos llevo a votar mas en contra q a favor y hay q reconocer q no le falta razon al gorila venezolano cuando califica de pirrica la victoria de la estrella reggaetonera, nos queda esperar...
y aunque parezca una racionalizacón, estoy convencido d q en 5 años alan llamara a elecciones... pero d haber ganado humala no apostaria mi mouse optico en ello... asi q valor compatriotas, todo hace pensar q seria imposible q lo haga peor q la primera vez...
Divertidisimo tu comentario. pero q paso despues cuando llego el chino y su nuevo sol? continua la historia pss
Gracias por el comentario, estaré trabajando en la continuación de la historia.
imaginense
Dr Evil"...Demando un pago de 1 MILLON de INTIS..."
Austin Powers: "Aca tienes pelon, te doy 2 Millones y deja de fastidiar"
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