junio 14, 2006

Crónica Urbana: Accidente



Miércoles al mediodia, me dirigí hacia el paradero de buses, iba rumbo a una reunión académica y noté que se me había hecho tarde, sin duda llegaría con significativo retraso: una lástima, ya que no tenía más opción que embarcarme en alguna unidad de transporte urbano masivo (un bus) y bueno de todas las opciones que tenía en ese momento -la verdad no eran muchas-, opté por las más formal (me reservo el nombrar a la empresa para no crear pánico mediático) y decidí esperar el arribo de alguna de sus unidades, cuando de pronto divisé el bus que se acercaba al paradero, raudo levanté la mano derecha y la extendí perpendicularmente con referencia a mi cuerpo: el típico código para "parar" un vehículo.


Cuando subí al bus me percaté de ciertos detalles, era un marcopolo, de no más de 7 años de antigüedad, asientos manufacturados en el país y fuera de eso tenía pocas modificaciones "artesanales" como suele acostumbrarse aquí; los vidrios de las ventanas estaban adecuadamente sujetos a los bordes metálicos y no rebotaban violentamente cuando el carro estaba en marcha, en conclusión había tenido suerte de viajar en un vehículo conservado y -sobre todo- limpio.


-casi- Como de costumbre, escogí los asientos de la penúltima fila (el lado junto a la ventana) para sentarme -el lector se prenguntará los motivos de mi selección, los cuales no pienso revelar en esta oportunidad, hago esta aclaración para sacarle el clavo de la curiosidad sin contestar a sus inquietudes- la última semana había optado por escoger esa ubicación casi sistemáticamente y esta oportunidad no fue la excepción.

Todo transcurría con normalidad, lo habitual en un vehículo de transporte urbano: suben pasajeros, bajan pasajeros, suben vendedores, bajan vendedores; el cobrador pregonaba los destinos de ruta y secuencialmente cobraba el importe del pasaje y expedía los respectivos boletos. En ese trance, el vehículo se detuvo en una intersencción de calles porque el semáforo mostraba la luz roja, cuando de pronto irrumpe el sonido de un vidrio que se parte y siento en la cabeza el leve impacto de algo sólido, advertido mi sistema nervioso, dirijo mi mirada hacia atrás y me percato que el bus había sido impactado por otro vehículo lo que ocasionó la ruptura del vidrio posterior y los fragmentos de éste habían sido lanzados hacia adelante por la inercia del impacto, mi conciencia se percató que aquel sólido que impactó mi cabeza había sido un enorme trozo del cristal que -por intervención divina- había impactado de manera frontal y no diagonalmente (por alguno de los bordes) ya que de haber pasado esto último, estimado lector, este servidor estaría con una herida cortante en el cuero cabelludo. El bus definitivamente quedaría detenido.

Tras el instante que transcurrió post-impacto, la personas alrededor mío asimilaban la experiencia, nos dimos cuenta que los vidrios -de todo tamaño, grandes, medianos y diminutos- se habian esparcido por la parte posterior del pasillo del bus, el fragmento que impactó mi cabeza había quedado apoyado en el respaldar del asiento donde me encontraba, igual suerte había corrido la chica que estaba sentada a mi costado, ambos iniciamos el proceso de retirar los fragmentos del respaldar del asiento y colocarlos en el piso del pasillo, tras hacer eso y voltear por segunda vez -y con más nivel de conciencia- me percaté que la última fila del bus estaba sin ocupantes por la parte del impacto (la mitad izquierda, la mitad derecha estaba ocupada por tres escolares de aproximadamente 16 años) el impacto no había sido tan leve como pareció, el vidrio se había fragmentado, y algunos trozos colgaban sujetos sólo por una parte del borde de la ventana.

Los escolares de la última fila seguían asimilando el impacto, interactuando mínimamente entre ellos (al parecer no se conocían) cuando uno de ellos voltea y su nuca queda expuesta a mi campo visual tras lo cual noté que estaba sangrando por una herida profunda en la parte posterior de su cabeza, tenía grandes manchas de sangre en la camisa blanca y dos líneas rojas bajaban por su cuello, inmediatamente le hice notar eso al chico el cual dirigió su mano hacia la zona señalada y al mirar sus dedos se percató de la cantidad de sangre que seguía emanando su cabeza, raudamente el escolar próximo a él le otorgó un trozo de papel higiénico, percatada de esto la chica sentada a mi costado, se levantó del asiento y se acercó al chico herido para examinar su cabeza y tratar de asistirlo, los demás pasajeros visiblemente emocionados, reaccionaban diversamente, de pronto se acercó a la zona una señora de aprox. unos 40 años aduciendo que era médico y asistió al chico que aún sangraba considerablemente... Hasta aquí el relato en la entrada querido lector, continuaré en el apartado de comentarios, por razones de espacio, Ud. comprende.




Atentamente
Richard Torchiani G
Moderador de Perú: País de las Maravillas

4 comentarios:

Richard Torchiani dijo...

Tras la emoción del choque, y cuando las cosas se calman un poco y llegan aniveles de conciencia aceptables, pude percatarme de varias cosas, una más aterradora que la otra:

1. Es indudable que los peruanos somos Muy curiosos, pero esta curiosidad es en extremo nociva, por una sólida razón: su carácter egocéntrico, me explico-el curioso busca ser expectador privilegiado de algún acontecimiento que, por lo general, es trágico (un accidente, una pelea, algún cadáver en la vía pública, etc.) en esta búsqueda elimina todo posible vestigio de sentido común y se subsume en la expectación, olvida que a veces su presencia en "la escena" se convierte en un obstáculo ya sea para los bomberos, policía o para las mismas víctimas de las circunstancias.

2. En la crónica, el perpretador del choque fue nada más y nada menos que una unidad de la MISMA EMPRESA del bus en la que yo viajaba, ¡Imaginelo querido lector! cosa de locos.

3. Con respecto al chofer y al cobrador de la unidad en la que me encontraba, a mi modesto parecer no estaban preparados para afrontar una situación como la que aconteció (con herido de por medio) el chofer no sabía dónde quedaba el hospital-clínica más cercano para hacer valer su SOAT (Seguro Obligatorio contra Accidentes de Tránsito) y el cobrador se vio obligado por los -furibundos e intolerantes- pasajeros a devolver el importe de los pasajes previo recojo de los boletos expedidos por él hacía unos minutos, cuando me acerqué a entregar mi boleto (fui uno de los últimos en hacerlo) noté que el pobre no podía con el temblor en las manos producto de las emociones revueltas en su ser.

Es para la crítica que las empresas de transporte no capaciten -entrenen- a su personal para responder adecuadamente en este tipo de casos. Es imprescindible la existencia de un manual de afronte, con mapas de los centros de salud alrededor de la ruta de la empresa, así como la existencia de guías de primeros auxilios, nunca está de más tampoco entrenar a su personal en el manejo de situaciones límite, que cuenten con un repertorio de habilidades sociales para el manejo de grupos en crisis.

Pero como diría el maestro willie colón "las palabras son del aire y van al aire"...

Anónimo dijo...

PREOCUPACIONES ACERCA DEL ACONTECER DE CADA DIA, KIEN LO DIRIA...AUNKE YO PODRIA ASEGURAR QUE AKELLO Q TU DESCUBRISTE, MI KERIDO RICHARD, NAVEGA POR LA MENTE DE MUCHOS DE NOSOTROS, LOS PERUANOS, PERO BIEN LO MENCIONASTE TU...LAS PALABRAS SON DEL AIRE Y VAN AL AIRE...A ESO NOS ACOSTUMBRAMOS HOY EN DIA, A "ACTUAR CON PALABRAS"..ES POSIBLE VER COMO EL MUNDO SE DESMORONA A NUESTROS PIES, PERO TODO SE KEDA A VIVIR EN NUESTRAS VOCES, EN LA CRITICA DEL O CON EL VECINO...SIN, UNA VEZ MÁS HACER ALGO...PERO EN CASOS COMO ESTE KE LOGRO ENCONTRAR A ALGUIEN MAS KE SE PREOCUPA POR LO KE "NO PARECE" PREOCUPARLE AL RESTO, ME PREGUNTO...SI TAN SOLO NOS UNIERAMOS TODOS Y EN VEZ DE HABLAR COMO AHORA, ACTUARAMOS??...PERO NO CREEMOS EN UTOPIAS...Y PENSAMOS KE ES IMPOSIBLE KE EL PERU CAMBIE (DEBO ADMITIRLO, A VECES YO MISMA TENGO KE CONVENCERME DE LO CONTRARIO...)...ASI ES MI KERIDO RICHARD...ESTAMOS VIVIENDO UNA ETAPA DE "DESHUMANIZACION"...DENTRO DE TODA LA TECNOLOGIA, EL HOMBRE, EN SU "NOTABLE EXPERIENCIA" ESTA APRENDIENDO A SER MAS MAKINA Q HOMBRE, ALEJANDO TODO EL SENTIDO COMUN Q PUEDA...DE SU MENTE...

Richard Torchiani dijo...

Bonito comentario, momentos como este me hacen sentir que escribir opinando realmente vale la pena.

Gracias!

Anónimo dijo...

Evidentemente la deregulacion del transporte no exime a las autoridades de los controles tecnicos y de seguridad. Ese bus como muchos de los que circulan en Lima no tenia los vidrios de originales con una lamina intermedia sino solo vidrios comunes que se convierten en armas asesinas en accidentes como el relatado.
Los vidrios reglamentarios son faciles de identificar ¿donde estan los encargados de controlar estos hechos?
un abrazo
El Cochero del Virrey