junio 19, 2007

Cronica dE una TardE Fria en Lima (ParTe I)



Venía cavilando una semana completa aproximar mis manos por el teclado de mi vieja -pero cumplidora- computadora; sin la motivación de otrora días en los que contaba con servicio de internet brindado por una empresa causi monopólica en Perú, días en los que la "inspiración" era cosa segura, cuando las palabras surgían a veces por inercia y los textos resultantes satisfacían medianamente a este servidor... días que, con gran probabilidad, no volverán.


Ahora me veo envuelto en actividades que consumen el tiempo del que dispongo, algunas por vocación, otras porque no me queda de otra (hay que mantener la salud mental a como de lugar en este país) Y bueno, heme aquí reunido nuevamente con la pantalla multipixel y la ventanita de edición de mi querido blog (y de todos ustedes)


A pocos minutos de iniciar el torrente de tecleos, una idea marca la pauta: habrá que escribir del por qué no he escrito, que la palabras se quejen de su ausencia con una presencia cínica, como una súplica que se escurre entre la sonrisa burlona producto de la satisfacción de haber nacido para reclamarse a sí misma. Una crónica de mi encuentro conmigo...


Tarde en Lima, con el frío pandillezco que ha venido para quedarse en estos días de junio baldío, caminando con una bolsa llamativa y mi maletín de toda la vida, batallando para no perder la cordura con el terrible tráfico entrada la tarde ("hora punta" le llamamos, ¿será en alusión a algún trauma de sodomización? razón no faltaría...) gastando los zapatos transito por las veredas resquebrajadas, atavieso las pistas en pero estado y dribleo a la personas que tratan de movilizarse apresuradamente, casi siempre al caballazo. Sorteando obstáculos, me dirijo a la primera parada de mi plan maestro, aquél que surgió cual centella en mi cabeza: tengo que "deshacerme" de la carga que llevo, solución! voy a un supermercado.


Lector, usted habrá tenido alguna vez la misma idea, servirse del servicio (valga la redundancia) que en buena medida corresponde a una situación que no está estipulada en el ideal, pero que a fin de cuentas no saca del apuro. Entrego la bolsa amarilla y el maletin querido para su custodia en las pequeñas celdas de madera, me entregan la contraseña respectiva y parto a hacerme el loco por entre los anaqueles de la tienda, mira un rato a la izquierda, volteo otro momento a la derecha y doy unos cuantos pasos; atrás quedó el frío inclemente, una atmósfera tibia se deja sentir dentro del recinto, miro sin ver, leo sin procesar, como para cumplir a medias y aparentar estar entretenido en la búsqueda de algo que satisfaga una necesidad de compra que no existe, tras un momento decido: habré de comprar algo ¿qué será? no importa, que sea barato al extremo y fácil de desechar, la resolución no se hace esperar, voy por un poco de jugo de naranja artificial y un six pack de galletas de soda.


Me acerco a la caja con insólita seguridad, intercambio bienes con el cajero y salgo por la otra puerta del establecimiento (la que está fuera del alcance de "recepción") Otra vez a pelear con el tráfico limeño. Avanzo sin rumbo fijo hasta que conjuro la segunda parte del plan maestro: voy a quemar tiempo usando la tecnología, camino un par de cuadras y llego a un cyber, con la preguntita de rigor "¿hay cabina libre?" inicio mi pequeño diálogo con el administrador del lugar "sí, pasa a la 20" es la respuesta casi robótica y yo paso sin prisa.


El lugar es angosto y un poco incómodo, pero no llega a alterar mi ánimo, el frío limeño nuevamente quedó afuera y héme aquí, con una pantalla curva, la resolución más pobre que soporta el monitor y un teclado paupérrimo: mi aventura comienza...


Curtido de las frustrantes experiencias forjadas en sesiones pasadas en cybers, ya no cometo los mismos errores: no abro el winamp, porque sé que no existe una lista de canciones, o porque los nombres de éstas no existen, o están mal escritos, o lo que es peor aún, el gusto musical del cyber es terrible, no arriesgarse. No chequeo la carpeta "Mis Documentos" para no toparme con archivos muy personales que son abandonados por los usuarios ignotos en temas de computación (es normal encontrar CV's, fotos de una parejita, o de la hijita en el bautizo, o conversaciones de los programas de chat) Tampoco saturo la pobre capacidad RAM de la Pc, pues no quiero que el aparatico se cuelgue (que estalle o se funda) sé que la mayoría de las Pc's de cybers tienen tata capacidad de procesamiento como una candidata a un Miss para calcular integrales y funciones vectoriales.


Chequeo mis inamovibles cuentas de correo y me atrevo a ponerme frente a frente con la ventanita de Blogger, hace tanto tiempo que le debo sesiones de posteo a la blogósfera! pero hoy me decidí, aquí estoy, entregado al tecleo frenético. Aunque el individuo del costado interrumpe mi secuencia con los furibundos golpes al teclado, tanta es la vehemencia que el soporte de los monitores se ve sacudido sistemáticamente con la arremetidas contra el pobre teclado. Matiza el señor su golpes con carcajadas maquiavélicas (asumo yo que se encuentra en una improductiva sesión de chat) "p*ta mar'e" bocifera y reinicia el martillado, mientras ignora que el individuo de al lado lo está inmortalizando en un blog como un troglodita de la informática...


Atentamente
Richard Torchiani G
Moderador de PPM

2 comentarios:

Valeria Elías dijo...

en esta tarde fría de Perú, con su simultaneo en Argentina /esto de la globalización pareciera cierto jeje/ vayan mis abrazos calidos trascendiendo las limitaciones fisicas y geográficas superando todos los contratiempos que al fin y al cabo nos van dando otras posibilidades... Doc... usted es muy bueno en lo que hace... se le quiere enserio y se le extraña besos besos besos

Claudio dijo...

y hasta q por fin!
nuestra pintoresca ciudad y el frio d invierno no podia contener por mucho otro post para el blog..
y ahora? no nos haras esperar 3 meses por otro no?
un abrazo! sabes q hay facilidades informaticas d las q puedes aprovechar en mi humilde morada..
nos hablamos